El tipo de soporte sobre el que descansa el colchón es muy importante, ya que afecta directamente al descanso. Un buen soporte permite disfrutar del colchón plenamente, evitando deformaciones y reduciendo los posibles problemas de durabilidad a causa del uso a través del tiempo.
Los soportes clásicos suelen ser las bases tapizadas y los canapés de camas. Los primeros normalmente estan compuestos por una base tapizada y cuatro o más patas para proporcionar el soporte y la firmeza necesaria. Lo mejor de las bases tapizadas es que no alteran las características de los colchones. Aunque lo más recomendable es usarlas con los colchones de muelles y evitar hacerlo con los colchones de látex, por su baja transpirabilidad.
La utilización de bases tapizadas como soporte para las camas ha aumentado. Y es que contar con una tabla firme y plana como apoyo para el colchón garantiza un soporte uniforme, que difícilmente permitirá que el colchón se deforme por su lado inferior. Como hemos comentado antes la mayor desventaja que presentan estos soportes es una baja transpirabilidad, aunque sí que es cierto que hoy día la mayoría de colchones cuentan con una mayor transpirabilidad por lo que las bases tapizadas se han convertido en muchas ocasiones en el soporte más indicado.
Así que, si la habitación es amplia y el colchón tiene buena transpirabilidad, no dude en apostar por una base tapizada. Dará una mayor amplitud, más estabilidad y firmeza y, sobre todo, evitará la acumulación de ácaros si eres alérgico, ya que puedes limpiar sin ningún problema bajo de tu colchón.
En cuanto a los canapés de camas, se podría decir que son los perfectos complementos para su colchón, puesto que son de fácil apertura y tienen un gran espacio interior sin renunciar a la estética. Se recomienda para dormitorios pequeños dado que ahorran mucho espacio.
Asimismo, gracias a su hermetismo es posible guardar en ellos de forma limpia cualquier tipo de prenda u objeto de uso no diario pero que sí queramos tener a mano. En resumen, los canapés para camas ayudan a optimizar la capacidad de almacenaje y a acceder y ver de un vistazo las cosas con solo levantar la tapa mediante un sistema de pistones de gas que facilitan la elevación con el peso del colchón.
Pero no solo eso. Habitualmente llevan incorporados unos canales de ventilación para evitar problemas de humedades, además de un tejido transpirable que permite que la circulación del aire entre en la base y el colchón.
¿Todos los colchones son aptos para cualquier tipo de soporte?
Para saber si un colchón es apto para una base tapizada o si por el contrario sería más recomendable para un canapé de cama sería necesario conocer su composición interna. Los colchones con núcleos de muelles son aquellos que permiten una mayor transpiración y que, por lo tanto, prácticamente todos son aptos para utilizarse con bases tapizadas o canapés. Además, los muelles aportan a los colchones una alta capacidad de rebote, por lo que también se benefician de la firmeza de las bases.
En el caso de los colchones de HR y viscoelásticos, su transpirabilidad depende en gran medida de la densidad de la espuma y la visco. A mayor densidad, menor es habitualmente su transpirabilidad, aunque ésta se puede ver aumentada gracias a distintos tratamientos. En la mayoría de casos, los colchones viscoelásticos actuales continúan siendo igualmente compatibles con bases tapizadas o canapés de camas. En zonas costeras o con mucha humedad quizás sí deba considerar optar por otro tipo de soporte.
Por último, los colchones de látex son los que cuentan con una menor transpirabilidad. Por esta razón, para los colchones de este material suele ser recomendable los somieres.
Base Tapizada | Canapé Abatible | |
---|---|---|
Muelles | SÍ | SÍ |
Látex | SÍ | SÍ (no recomendado) |
Viscoelástica | SÍ | SÍ (no recomendado) |
HR | SÍ | SÍ (no recomendado) |