Muchas veces las bases y canapés tradicionales se quedan cortas. Necesitas algo más para que el colchón que elijas se adapte perfectamente a tu cuerpo y puedas conciliar el sueño. Es ahí donde entran en juego los somieres articulados y sus numerosos beneficios. Y es que con los somieres articulados podemos mantener la curvatura natural de la columna vertebral durante el sueño, evitando muchos malestares y problemas que nos impiden descansar profundamente.
Lo cierto es que por mucho que queramos, no siempre podemos mantener una postura correcta al dormir sobre una superficie plana. Esto incrementa la tensión en los músculos y las articulaciones, reduciendo el descanso y la recuperación corporal.
Los somieres articulados permiten un soporte personalizado, adecuado a diferentes partes de tu cuerpo como la cabeza, la zona lumbar o las piernas y los pies. Además, ajusta los ángulos de la superficie reduciendo la tensión sobre el corazón y favoreciendo la circulación sanguínea. Sin duda, son ideales para resolver cuestiones específicas de cada persona. Lo que a veces una cama tradicional no consigue.
Pero los somieres articulados no solo están pensados para aquellas personas a las que les cuesta conciliar el sueño en una postura totalmente vertical, sino también para las que tienen dificultades para moverse o tienen que permanecer mucho tiempo en la cama.
Y, ¿cómo funcionan los somieres articulados? Las camas articuladas están divididas en varias zonas y llevan un pequeño motor incorporado que se maneja desde un mando unido al somier por un cable para poder realizar las articulaciones y movimientos (siempre y cuando el somier articulado sea eléctrico). Debes saber que también existen somieres articulados manuales.
Una cuestión importante a la hora de seleccionar entre los distintos somieres eléctricos es comprobar las opciones de planos de articulación que ofrecen. Es decir, cuánto sube y baja el somier (desde 3 planos hasta 5 planos).
Normalmente, en los somieres articulados de tres planos de articulación se mueve el segmento de la cabeza-espalda, el del lumbar y el de piernas-pies. Por su parte, los somieres articulados de cuatro planos de articulación permiten mover desde el segmento de la espalda y el lumbar hasta el muslo y la pantorrilla. La máxima articulación de los somieres articulados es de 5 planos, es decir, se mueve tanto la parte del segmento del tronco y la cabeza como la de las piernas y pies, quedando fijo el plano de las caderas o lumbares.
Lo cierto es que, en los últimos años, los somieres articulados han evolucionado muchísimo, hoy en día se fabrican con materiales muy ligeros que incorporan motores ultra silenciosos. Incluso pueden incluir función de masaje. Y es que los motivos que llevan a optar por un somier articulado son muchos y muy variados, ya que sus ventajas van desde la reducción de los ronquidos hasta la comodidad para realizar actividades como ver la televisión o leer. Y no solo eso. También son buenos para el dolor lumbar, la circulación, el ardor y el asma.
Aunque el mérito no solo es de los somieres articulados. El colchón que elijamos también es importante. Muchas veces a la hora de ponernos a buscar somieres articulados nos quedamos atrapados en todos los aspectos técnicos y funciones del somier y nos olvidamos de elegir cual es el mejor colchón para nosotros o la persona que vaya a utilizarlo. No todos los colchones son adecuados para este tipo de somieres. Los colchones articulados de látex o viscoelásticos son los más recomendables.