Colchones viscoelásticos

Los colchones viscoelásticos son beneficiosos para el descanso porque tienen una excelente adaptabilidad y son muy estables. Se adaptan proporcionalmente al peso de cada parte del cuerpo, mejorando la circulación sanguínea y permitiendo que la columna y las articulaciones puedan descansar en posición natural, causando la mínima tensión en los músculos y los nervios.

No existen colchones viscoelásticos hechos exclusivamente de este material, ya que de ser así el cuerpo se hundiría por completo y no se conseguiría el soporte de firmeza media-alta que se necesita para mantener la postura correcta. Por eso, todos los colchones viscoelásticos se combinan con otros materiales, ya sea muelles ensacados, HR o látex, y dependiendo de los materiales utilizados, el resultado es un colchón diferente que se adapta a cada tipo de persona.

Lo más recomendable es combinar los colchones viscoelásticos con una capa de HR para darle robustez y resistencia al colchón. Los expertos aseguran que es el material con el que mejor combina, aunque siempre dependerá del tipo de soporte sobre el que va a ir. Por ejemplo, si se quiere apoyar sobre un somier de láminas articulado no se podrá combinar la viscoelástica con los muelles ensacados porque no se conseguirá una buena articulación.

Así, el mejor soporte para los colchones viscoelásticos combinados con HR o muelles ensacados son las bases tapizadas porque permiten que el colchón esté estable, sin dejar ningún hueco por el que el colchón pueda ir deteriorándose.

Aunque parezca contradictorio con lo dicho anteriormente, los colchones viscoelásticos articulables, por norma general, ofrecen mayor confort que el resto. Eso sí, debe ser un colchón con núcleo de espuma y viscoelástica y un acolchado viscoelástico que evite los puntos de presión en el cuerpo.

Pero sin duda, la parte más importante de un colchón viscoelástico es su densidad. Y es que va directamente relacionado con el peso del colchón y con su adaptación al cuerpo. A más cantidad de viscoelástica, menos presiones, ya que el cuerpo tiene más soporte. Y también ¡mayor durabilidad!

Se podría decir que los colchones viscoelásticos pueden ser, según la cantidad de viscoelástica que lleven, de alta densidad, más firmes, pero con una mayor capacidad de adaptación al cuerpo y con mayor poder descontracturante; de densidad media, un poco menos firmes, pero se adaptan con mayor rapidez al cuerpo, aunque tienden a mostrar una capacidad de menor acogida y, por tanto, descontracturar menos; o de baja densidad que tienen como característica principal que son más blanditos y tienen menos capacidad de acogida al cuerpo, pero con mayor rapidez, y que recuperan su posición inicial muy rápidamente cuando dejan de recibir presión.

En cualquier caso, hay colchones viscoelásticos de todas densidades necesarias para que nos aporten una sustentación correcta y mantengan nuestra columna vertebral en una posición natural.

Pero lo mejor es que, como hemos explicado anteriormente, los colchones viscoelásticos pueden ir con cualquier tipo de soporte, ya que no tienen problemas de transpiración. Eso sí, si se combina con una base tapizada, le dará al colchón una mayor firmeza, asique si lo que quiere es una mayor flexibilidad, lo mejor es apostar por un somier de láminas.

En general, son muchas las ventajas de los colchones viscoelásticos. Entre ellas, la adaptabilidad o confort, puesto que producen este efecto al amoldarse a nuestro cuerpo y aliviar así los puntos de presión y mejorar la circulación. Por eso este tipo de colchones adaptables se recomiendan a la mayoría de personas y también a aquellas que sufren problemas óseos, musculares o articulares.

Pero además de la adaptabilidad, los colchones viscoelásticos también ofrecen una firmeza óptima. Es decir, según la composición que escojamos podemos obtener un grado de firmeza alto, medio o bajo. ¡Lo que prefiera! Otros tipos de colchones son duros o blandos, pero en el caso de los colchones viscoelásticos no sucede así, hay una amplia variedad de posibilidades.

Por último, podríamos hablar de la independencia de lechos que proporcionan los colchones viscoelásticos, evitando la sensación de rebote y, sobre todo, evitando despertares involuntarios que se producen cuando duermes en pareja.

Hoy día, los colchones viscoelásticos incluso liberan el estrés, ya que ayudan al durmiente a quitarse ese estrés y esa tensión acumulada durante el día gracias a la adaptabilidad que el material produce en el cuerpo.

Sin embargo, existen casos como las personas que tienen problemas de sobrepeso o de sudoración en los que no son recomendables. Aunque la viscoelástica es atérmica, no transmite ni frio mi calor, es cierto que cuanto mayor adaptabilidad, también mayor contacto con el cuerpo y por tanto la sensación térmica crece porque retiene el calor que desprende el cuerpo.

Por eso, existen materiales naturales que cada vez se utilizan más en el acolchado superior de los colchones viscoelásticos para provocar un control estupendo del calor y la humedad. El algodón, la seda… tienen unas condiciones óptimas para el descanso, resultandos frescos en verano. De todos modos, también puede optar por fundas para el colchón o sábanas 100% algodón que proporcionan un mayor frescor y un mayor control de la humedad corporal.

Tampoco es apropiado para las personas que padecen de vértigo, ya que al tumbarse sobre los colchones viscoelásticos pueden tener la sensación de estar “flotando” en el aire.

En cuanto a la limpieza de los colchones viscoelásticos, lo primero que hay que tener en cuenta es que es muy importante mantener tanto el tejido del colchón, como sus acolchados superiores y el núcleo, a salvo de agresiones externas, ya sea por polvo, sudor u otros líquidos nocturnos. Además de voltear una vez al mes el colchón de cabeza a pies y de pies a cabeza para que toda la capa de viscoelástica superior se utilice de forma más uniforme.